SOBRE
"LA EUTANASIA"
CONFERENCIA EPISCOPAL
ESPAÑOLA
INDICE GENERAL
1. La buena
muerte
2. La
fe da sentido a la muerte
3. La eutanasia activa va contra la
vida
4. No al ensañamiento terapéutico (distanasia)
5.
Asumir la muerte con dignidad
6. Más
información...
1. LA BUENA MUERTE
Seguro que
no son tantos como dicen algunas encuestas los españoles que no están de acuerdo
con la postura de la Iglesia sobre la eutanasia. ¿Qué se ha preguntado y qué han
entendido quienes dicen que están a favor de "la eutanasia"? La Iglesia,
ciertamente, está en contra de la eutanasia activa, pero trabaja con decisión en
favor de que la muerte sea vivida de un modo digno del ser humano. Desde hace
muchos años la Iglesia tiene a San José como patrono de la buena
muerte.
2. LA FE DA SENTIDO A LA MUERTE
Las
personas tienen derecho a que, en cuanto sea posible, el trance de la muerte
pueda ser asumido lúcida y libremente. Quienes sabemos que morir es en realidad
la puerta para un modo de vida mucho más pleno y cercano a la fuente de la vida,
que es Dios, la muerte, aunque pueda resultarnos también inquietante y dolorosa,
no es ni una simple escapatoria de este mundo, ni un tabú del que es mejor no
hablar. Nuestra esperanza nos permite y nos impulsa a asumir la muerte como el
supremo acto de nuestra libertad, por el cual entregamos nuestra vida a su Señor
para que Él la transfigure junto a la suya.
Por eso la
postura de la Iglesia ante "la eutanasia" se sitúa en el centro, entre dos
extremos que no nos parecen acordes con el sentido verdaderamente humano de la
muerte.
3. LA EUTANASIA ACTIVA VA CONTRA LA
VIDA
En un
extremo está lo que se puede llamar la eutanasia activa, que consiste en
la eliminación directa de la vida. No nos parece aceptable porque la vida humana
es siempre intangible. Nadie puede disponer de la vida, que es sagrada. Es
sagrada porque es un don, cuyo sentido último radica en darse gratuitamente, tal
y como la hemos recibido. Quien se convierte en "dueño" de su vida al
quitársela, echa a perder su auténtico secreto. Es sagrada porque cualquier vida
humana, incluso la aparentemente más "indigna de ser vivida", es patrimonio
intocable de la humanidad, a la que se debe. Quitársela es un atentado de lesa
humanidad que devalúa y pone en peligro su riqueza más básica y
preciada.
4. NO AL ENSAÑAMIENTO TERAPÉUTICO
(DISTANASIA)
En el otro
extremo está la llamada distanasia. Los magníficos avances de la medicina
han hecho posible que la vida se pueda hoy alargar mucho más. Normalmente esto
redunda en beneficio de todos. Pero también se crean situaciones límite en las
que la vida es mantenida de modo costosísimo tanto en medios económicos como en
sufrimiento para los pacientes y las familias. Es lo que se llama distanasia:
alargar la vida de modo irracional y desproporcionado. La Iglesia piensa que
esto tampoco es digno del ser humano. Igual que no está en nuestra mano el
quitarnos la vida, tampoco debemos pensar que lo esté el apegarnos a ella a toda
costa. Lo digno es saber aceptar la muerte cuando llegue, a su tiempo. No hay
ninguna obligación de hacer más de lo verdaderamente normal ni, mucho menos, de
imponer a los pacientes condiciones dolorosas desproporcionadas.
5. ASUMIR LA MUERTE CON DIGNIDAD
En medio de
esos dos extremos, la Iglesia trata de ayudar a que la muerte sea asumida con
dignidad. Su mejor "receta" para ello es la de la fe en Dios y la esperanza en
la resurrección para la Vida eterna. Con ellas se puede morir y se puede ayudar
a morir. Un ser humano que pide ser eliminado lo que, en realidad, está
pididiendo casi siempre es ser ayudado a vivir su muerte. ¿Sabremos ofrecer esta
vital ayuda?
6. MÁS INFORMACIÓN SOBRE LO QUE PENSAMOS ACERCA DE LA
EUTANASIA EN:
·
Comisión
Episcopal para la Doctrina de la Fe, Sobre la eutanasia, en Conferencia
Episcopal Española. Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe, Fe y moral.
Documentos publicados de 1974 a 1993, EDICE, Madrid 1993, 61-69.
·
Comité
Episcopal para la Defensa de la Vida, La eutanasia. 100 cuestiones y
respuestas sobre la defensa de la vida humana y la actitud de los católicos,
EDICE, Madrid 1992.